Siguiendo el hilo de lo que decíamos en un mensaje del foro, no es imprescindible que un fotógrafo sepa nada de bash, pero para el que quiera aprender, igual le puede llegar a resultar útil, aunque solo sea para enmarcar fácilmente sus fotos preferidas
Motivación, destinatarios y objetivos
Venía observando que a mi sobrino mayor le gustaba hacer fotos, así que le propuse darle unas lecciones y parece que la idea cuajó. Decidí "pasar a máquina" mis notas y junto con las fotografías realizadas conforman ahora estos apuntes. No es pues un curso en toda regla sino el resultado de una serie de experiencias que espero puedan ser de utilidad tanto a posibles profesores como alumnos de cara a reproducirlo y por supuesto mejorarlo. Tampoco está pensado para ser leído directamente por niños sino más bien para que un adulto les guíe.
El alumno original es un niño de once años por lo que el curso está muy orientado a sus peculiaridades. Pero lo que en él se enseña son los conceptos más sencillos de fotografía básica, por lo que también pueden ser aprovechados por adultos de cara a introducirse en esta afición que hoy se conoce ya casi en su totalidad como fotografía digital, aunque los conceptos son los mismos que en la tradicional. Seguro que la amplia proliferación en la casi totalidad de los hogares de cámaras digitales animará a más de uno a tratar de seguir los diferentes capítulos.
Seguir leyendo «Apuntes de un curso de fotografía para niños»
Buenas,
como dice el título cuando hacemos turismo nos encontramos muchas veces con carteles y reglamentos que impiden el hacer fotografías con flash en los interiores. Y esto, que en ocasiones está justificado para no dañar posibles pinturas o decoraciones con el exceso de luz, no es lo peor. Hay cuando se nos impide utilizar trípodes o incluso hacer fotografías que en realidad pertenecen al patrimonio que es de todos (más que nada porque entre todos lo pagamos), la mayoría de las veces por simples intereses comerciales. Pero esto no es materia del curso ni tampoco problema en el lugar elegido para hoy, por lo que lo dejaremos al margen.
En el Palacio de la Aljafería no se permite el uso del flash en los interiores pero tampoco se impide el uso del trípode. En los casos de fotografía con poca luz, disponemos de dos opciones para compensarlo. Aumentar la luz con un flash, que ya hemos visto que en ocasiones no es posible, o aumentar el tiempo de exposición de la fotografía combinado con amplios diafragmas, para que la luz recibida sea la máxima. Pero como ya sabemos, el aumento del tiempo de exposición aumenta también el riesgo de que la foto salga "movida".
El trípode se convierte entonces en nuestro aliado ideal. Podemos tomar las fotos a velocidades lentas sin preocuparnos de que la cámara se mueva. Si no dispusiéramos de uno, el mejor remedio es usar las columnas y paredes como apoyo para la cámara y para nosotros mismos. Pero siempre con el máximo cuidado de no dañar las paredes o los lugares en los que nos apoyemos ni con nuestro cuerpo ni con el posible equipaje o mochilas que llevemos.
Seguir leyendo «Fotografía para niños. 9.- Haciendo turismo II. Fuera y dentro… pero sin flash»
Buenas,
como dice el título cuando hacemos turismo nos encontramos muchas veces con carteles y reglamentos que impiden el hacer fotografías con flash en los interiores. Y esto, que en ocasiones está justificado para no dañar posibles pinturas o decoraciones con el exceso de luz, no es lo peor. Hay cuando se nos impide utilizar trípodes o incluso hacer fotografías que en realidad pertenecen al patrimonio que es de todos (más que nada porque entre todos lo pagamos), la mayoría de las veces por simples intereses comerciales. Pero esto no es materia del curso ni tampoco problema en el lugar elegido para hoy, por lo que lo dejaremos al margen.
En el Palacio de la Aljafería no se permite el uso del flash en los interiores pero tampoco se impide el uso del trípode. En los casos de fotografía con poca luz, disponemos de dos opciones para compensarlo. Aumentar la luz con un flash, que ya hemos visto que en ocasiones no es posible, o aumentar el tiempo de exposición de la fotografía combinado con amplios diafragmas, para que la luz recibida sea la máxima. Pero como ya sabemos, el aumento del tiempo de exposición aumenta también el riesgo de que la foto salga "movida".
El trípode se convierte entonces en nuestro aliado ideal. Podemos tomar las fotos a velocidades lentas sin preocuparnos de que la cámara se mueva. Si no dispusiéramos de uno, el mejor remedio es usar las columnas y paredes como apoyo para la cámara y para nosotros mismos. Pero siempre con el máximo cuidado de no dañar las paredes o los lugares en los que nos apoyemos ni con nuestro cuerpo ni con el posible equipaje o mochilas que llevemos.
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Buenas,
uno de los motivos principales por los que un niño haga fotos es precisamente el turismo. Así que nos trasladamos a una de las plazas más visitadas de la ciudad y nos dispusimos a fotografiar a todo lo que no se moviera.
Gracias a la ayuda del trípode, para las últimas clases he variado un poco el método. En las primeras clases, proponía ejercicios que eran revisados a posteriori en el propio lugar o incluso después en el ordenador. Sin dejar este último paso, el trípode y la pantalla de la cámara me permiten ver y, en su caso, corregir sobre la marcha el encuadre realizado por el alumno e incluso hacerle sugerencias.
Es en estos casos de turismo en espacios abiertos cuando más debemos insistir al alumno para que vaya mirando los posibles motivos a fotografiar y acostumbrarle a que sea él quien descubra las fotos que luego servirán de recuerdo y descripción de lo que se ha visto y vivido.
Seguir leyendo «Fotografía para niños. 8.- Haciendo turismo I. Grandes exteriores»
Buenas,
uno de los motivos principales por los que un niño haga fotos es precisamente el turismo. Así que nos trasladamos a una de las plazas más visitadas de la ciudad y nos dispusimos a fotografiar a todo lo que no se moviera.
Gracias a la ayuda del trípode, para las últimas clases he variado un poco el método. En las primeras clases, proponía ejercicios que eran revisados a posteriori en el propio lugar o incluso después en el ordenador. Sin dejar este último paso, el trípode y la pantalla de la cámara me permiten ver y, en su caso, corregir sobre la marcha el encuadre realizado por el alumno e incluso hacerle sugerencias.
Es en estos casos de turismo en espacios abiertos cuando más debemos insistir al alumno para que vaya mirando los posibles motivos a fotografiar y acostumbrarle a que sea él quien descubra las fotos que luego servirán de recuerdo y descripción de lo que se ha visto y vivido.
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