En el pasado IV Congreso de Fotolibre una de las actividades que se hicieron fue una visita a un paraje conocido como el Chorro de Navafría en Segovia. El Río Cega discurre por todo este paraje y en su parte alta tiene una cascada que es lo que da nombre a toda la zona recreativa, El Chorro de Navafría. Os dejo una selección de las fotos que hice:
En el pasado IV Congreso de Fotolibre una de las actividades que se hicieron fue una visita a un paraje conocido como el Chorro de Navafría en Segovia. El Río Cega discurre por todo este paraje y en su parte alta tiene una cascada que es lo que da nombre a toda la zona recreativa, El Chorro de Navafría. Os dejo una selección de las fotos que hice:
En el pasado IV Congreso de Fotolibre una de las actividades que se hicieron fue una visita a un paraje conocido como el Chorro de Navafría en Segovia. El Río Cega discurre por todo este paraje y en su parte alta tiene una cascada que es lo que da nombre a toda la zona recreativa, El Chorro de Navafría. Os dejo una selección de las fotos que hice:
Buenas,
tras muchos años viviendo junto a la Sierra Norte de Madrid, todavía me quedan muchos de sus rincones por explorar y descubrir. Así que decidí darme una vuelta por alguno de los que me faltan para ir ubicándome y planificando próximas visitas con más detalle. En esta ocasión realicé un rápido recorrido por los puertos de Canencia y Navafría para terminar en el de Navacerrada.
Estos puertos de montaña en invierno pueden estar cerrados por la nieve o necesitar del uso de cadenas. Antes de viajar por ellos es conveniente informarse.
Partiendo de Miraflores, la carretera es una delicia de colores otoñales. A veces atraviesas bosques más densos, otros más claros, pero verdes y ocres crean un festival muy recomendable.
En lo alto del puerto de Canencia pisé las primeras nieves, aunque escasas todavía. Y las vistas desde sus 1500 metros, siempre son interesantes.
Bajo el puerto en dirección norte y tras un frugal almuerzo en Canencia pueblo, me dirijo al Valle de Lozoya. Junto al embalse de Pinilla, Lozoya da para un agradable paseo. Tiene algunas construcciones interesantes.
Y una fuente con cuatro caños, de la que podéis apreciar un par de ellos.
De nuevo en dirección norte, tomo la carretera que me lleva al Puerto de Navafría. Aquí ya hay más nieve compartiendo paisaje con el musgo en los troncos de los árboles.
Tomo una de las pistas de esquí de fondo que todavía no está practicable. Aunque siempre hay quien le encuentra uso a unos copos de nieve.
Más adelante está el mirador de Navalcollado, pero como no sabía exactamente a qué distancia y se hacía la hora de comer, me quedé a medio camino. Apreciando como la sierra acaba disolviéndose en la meseta castellana.
Y es que ya se sabe que ancha es Castilla.
Al igual que la mirada, bajé la carretera hasta el llano y giré en dirección sur para ir a comer al Torreón. Toda esta zona es buena para las setas y los boletus están de temporada. Después acudió Manolo para el café y subimos al Puerto de Navacerrada para realizar experimentaciones fotográficas más o menos nocturnas. Pero eso será otro reportaje.
Aquí la nieve no ha llegado con la suficiente intensidad para dar gusto a los esquiadores, aunque algo pueden hacer los de los trineos.
Las montañas cercanas dicen que ya falta menos para estar todo blanco.
Espero que os haya gustado. Dentro de poco, más.
Saludos,
Colegota
Jaizkibel es un pequeño monte costero que apenas supera los 540m de altura. Por estar muy cercano a Hondarribia e Irun y por su paisaje en el que se mezclan montaña y mar, es uno de los más visitados de la zona.
El otro día nos dimos un relajante paseito por uno de sus txokos donde de pequeños solíamos ir de excursión. Aunque la palabra txoko se usa con diferentes significados como sociedad gastronómica o sótano de una casa, también se utiliza para referirse a rincones bonitos de la naturaleza. Os dejo algunas imágenes de los txokos que visitamos esa mañana:
Una de las dudas que nos suele asaltar al intentar imprimir nuestras fotos, es qué resolución utilizar para el tamaño en papel que deseamos.
He oído y leído muchas cosas al respecto, de hecho se han vertido ríos de tinta a este mar de Internet sobre el tema: que si el valor exacto no es importante mientras esté entre 200 y 300 ppp; que si 254 ppp; que si para obtener el máximo de calidad se deben utilizar 300 ppp; que si entre 1,5 y 2 veces la lineatura de trama, …
Toda esta variedad de opiniones viene provocada por un hecho: la imagen debe procesarse para adaptarse a la máquina antes de ser impresa; adaptación que cada fabricante hace como considera oportuno, y la calidad de las acciones necesarias, depende de criterios como velocidad de procesado o calidad final, dependiendo los mismos del fabricante, de la máquina utilizada y de los ajustes del controlador.
Pues bien, mi propuesta pretende independizar la resolución con la que mandemos nuestras imágenes a imprimir de todos estos aspectos, ya que no siempre imprimiremos con las mismas máquinas y mucho menos controlaremos o conoceremos en detalle el funcionamiento del controlador utilizado. Para ello me he basado en aquellas máquinas con las que estoy acostumbrado a trabajar, es decir, impresoras de inyección de tinta y láser, aunque creo que es aplicable a cualquier sistema de impresión, excepto aquellos que utilizan sistemas de trama ordenada en los que se complica un poco, y no resulta útil, pero ya volveré sobre esto más adelante.
La resolución de la imagen óptima para imprimir debe ser divisora de la resolución mínima del sistema de impresión. Dicho así puede parecer muy complicado, primero porque hay que saber cual es esa resolución mínima del sistema impresión y luego buscar un valor divisor, … buf, … pero en realidad es mucho más sencillo.
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