Una de las principales consecuencias de trabajar en una comunidad y vivir en otra, es precisamente que cuando en la que trabajas es festivo, tienes día libre en la que vives cuando todo el mundo está trabajando y al revés.
Uno de estos días, al pasar por un parque me llamó la atención con tristeza esta escena, en la que un lunes a las diez de la mañana, cada uno de los bancos de este parque estaba ocupado con hombres solitarios, con la vista perdida en direcciones diferentes, en silencio. Es una imagen muy triste y por eso he pasado a blanco y negro la fotografía.
Las ciudades tienen esta terrible paradoja, hay más gente y más probabilidades de encuentro entre personas, pero a pesar de esto hay gente que está sola, o tal vez su compañía sean los problemas, quien sabe...
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