Buenas,
pues como he contado en otro hilo, una tarde me fui a dar un paseo y cargué con la cámara por si veía contraluces. La zona son unas praderas que hay en Pedrezuela conocidas como Boca del Valle. O al menos así se llama la cruz con ese nombre.
Levaba el 17-85 y me dio por probar el 28-80 que tenía de la EOS 50 y que no había usado con la digital por eso de que el angular se me reduce. Aunque la distancia mínima en posición macro es de 38 cm frente a los 35 del 17-85, tengo la sensación de que consigo mejores acercamientos con el viejo. Recordad que mi factor de conversión es 1,6x.
No llevé trípode porque mi idea no eran los acercamientos sino un paseo ligero a ver qué salía. Al menos el viento no era excesivamente intenso y daba algunos respiros para enfocar y disparar.
Todas tienen flash. Pero conforme iba avanzando la tarde y el sol estaba más bajo dando más de lleno en los encuadres, le fuí aumentando el fogonazo a un diafragma al principio y hasta dos en las últimas.
Empecé fijándome en bichitos. Este en concreto se escondía entre la maleza y no pude pillar nada mejor porque encima se fue.
Pero como he dicho, enseguida me pasé a las flores. Si a uno le enseñan el trasero de forma tan descarada hay que saber captar el mensaje.
¡Andá, otro bicho! 
Bueno, aunque parezcan muchas en realidad es un resumen. 
Tiré un puñao y he revelado unas cuantas más que podéis ver en el almacén.
Saludos,
Colegota
