Siguiendo con nuestra reciente estancia en Chamonix, Francia, otra de las visitas inexcusables es la de tomar el trenecito de Montenvers y acercarse a conocer el Glaciar Mer de Glace.
Seguir leyendo «Mer de Glace por Montenvers, Chamonix-Francia»
Siguiendo con nuestra reciente estancia en Chamonix, Francia, otra de las visitas inexcusables es la de tomar el trenecito de Montenvers y acercarse a conocer el Glaciar Mer de Glace.
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Nuestro viaje a los Alpes comenzó por Francia, exactamente por Chamonix. Es un pueblo de unos 10.000 habitantes que vive de cara a sus estaciones de esquí en invierno y a las actividades de montaña tales como el senderismo, alpinismo o escalada en verano.
Uno de los paseos montañeros más frecuentado es el del Lac Blanc. Comienza desde la estación de teleférico de Flegere, a la que hemos llegado desde el poblado de Les Praz unos 800m más abajo. Estos teleféricos, telecabinas y trenes de cremallera de Chamonix son una excelente manera de comenzar las rutas a gran altitud para poder aprovechar mejor el tiempo. En Invierno se utilizan para llegar a las estaciones de esquí, a las zonas de telesillas.
La Flegere se encuentra en el valle, frente al macizo del Mont Blanc la gran estrella de la región, aunque este día las nubes todavía nos lo ocultaban.
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Uno de los refugios más conocidos del Pirineo es el de la Renclusa, seguramente por ser el punto de salida de la ‘normal’ al Aneto.
Gestionado por la federación aragonesa de montaña es muy visitado en verano puesto que está a solo 30’ del llano de la Besurta, accesible por pista asfaltada en vehículo.
Nosotros decidimos visitarlo en Semana Santa saliendo desde el Hospital de Benasque por la zona de pistas de esquí de travesía, alargando un poco el recorrido.
El acceso al Hospital está plagado de pequeñas cascadas junto a la carretera que se habían congelado por las bajas temperaturas (-6ºC)
Uno de los mayores atractivos para los escaladores que visitan el Parque nacional de Ordesa es la vertical pared sur del Tozal del Mallo. En ella se encuentran algunas de las vías de dificultad más conocidas del Pirineo: la vía de las brujas, la de los catalanes, la Despiau o la histórica Ravier.
Nosotros no tenemos el nivel ni la preparación para intentar ninguna de ellas pero esta cima también revela sus secretos a senderistas y aficionados a la montaña que la pretenden.
Desde la antigua caseta de recepción al parque (un km antes de llegar a la pradera-parking) sale un sendero a través del frondoso bosque de hayas y coníferas sobre el que descansa el tozal.
Gana rápidamente altura y en cuanto clarea un poco podemos disfrutar de la vista de nuestro objetivo.
Esta cima es una es las más cambiantes que he visto en mi vida según nos acercamos a la misma, como prueba este mismo reportaje. Varía de un pico de apariencia inaccesible a una redondeada loma de escarpada vertiente (esto es lo significa ‘tozal’).
La vía de acceso que nos permite ascender al balcón del tozal cruza el circo de Carriata hasta llevarnos a la misma base de la pared donde se encuentran las vías de escalada.
Una vez allí rectifica y ofrece dos alternativas, el paso de las clavijas de Carriata o el paso de la Fajeta. Nosotros nos decidimos por el segundo, por su sencillez para superarlo con el perro y por sus impresionantes vistas aéreas.
Siguiendo el curso el río-cascada (aquí nos salimos sin querer del camino y terminamos pegándonos una trepada similiar al paso de las clavijas) accedemos al balcón sobre el que descansa la cima del Tozal a 2.200m.
Toda esta parte final del recorrido se hace escoltado por el Pico Gallinero y la Punta Escuzana, auténtica cima del macizo.
En apenas 20 min estamos en la cima disfrutando del gran mirador desde el que podremos admirar alguno de los picos más conocidos de la zona.
En el descenso pudimos disfrutar de algunas familias de sarrios.
Bonita excursión al alcance de cualquiera que disponga de una 6 horitas para salvar unos 900m de desnivel.
Un saludo y gracias por llegar hasta aquí
Si vais a visitarla no olvidéis llevar ropa de abrigo, aunque sea en pleno verano, porque dentro hace fresquito siempre, y calzado cómodo. Dejan hacer fotos, aunque no se puede usar trípode y te piden que no te entretengas demasiado ni te separes del grupo (todas las visitas son guiadas). Tampoco permiten grabar en vídeo, el guía nos explicó en petit comité que era para evitar accidentes, porque la gente suele ir grabando mientras camina mirando a la pantalla.
La cueva es bastante espectacular, hay dos tipos de visita, una más corta que otra, la larga dura unos 90 minutos.
El oro día os puse las fotos de las Hoces de Valdeteja, Hoy le toca el turno a las de Vegacervera. El principal reclamo turístico de esta preciosa zona de León es la cueva de Valporquero, pero la cueva la dejaremos para otro día.
Vegacervera es un pequeño municipio leonés cuyos principales atractivos son los impresionantes valles formados por el río Torio a su paso sobre las rocas calizas.